Poemas ilustrados

Desde que se publicó Apenas un Aire empezó a crecer en mi cabeza la idea de rescatar algunos de esos poemas que escribí hace varios años. Poco después, tuve la certeza de que esos poemas debían ser libres. A eso se sumó la necesidad imperiosa de que además, algunos fueran ilustrados.

Así que le pregunté a amigas y amigos súper talentosos si se apuntaban y dijeron que sí. Hoy, después de varios meses y gracias a la diagramación de Rik Bolaños, ya puedo compartirles esta obra. ¿Lo mejor? Que puedo hacerlo con una licencia de cultura libre, sin ninguna restricción por derechos de autor.

Gracias a Andrea Portal, Ana Vega, Braulio González, Diana Zuleta, Iván Alarcón, Lucía Sánchez y a Luis Ricardo Ramos, este material sale a la luz con sus magníficas ilustraciones. Gracias también a CEASOL, un desconocido que compartió una foto con licencia abierta que complementa este material.

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La presentación

No ha sido culpa de Julián ni de Javi, los amigos de Punto de Giro, quienes se encargaron de filmar y editar la grabación de la presentación de Apenas un Aire. El retraso en publicar este material es responsabilidad enteramente mía.

No quiero perder demasiado tiempo en buscar las razones. Si se me ocurre alguna rápidamente, tal vez tiene que ver con que esa noche está llena de Joaquín, un pedazo de corazón que dejó de estar con nosotros el 15 de diciembre del año pasado. Sin embargo, bien puede ser una excusa. ¿Qué importa ya?

Publico hoy el video de la presentación de Apenas un Aire, realizada en noviembre del año pasado. La maravillosa Any Pérez me regaló una entrevista en vivo, algo que solo en sueños hubiera sucedido. Y por supuesto, también estuvieron ahí Luis Cháves y Óscar Castillo, compañeros de viaje en la publicación del libro. La apertura de Óscar y Luis pueden verla aquí.

La entrevista tiene algunos tropiezos. Debo confesar que cuando Any me preguntó: » ¿cuáles fueron las influencias clásicas?», yo lo que quería responder era «Led Zepellin» y en lugar de eso, resbalé por el hielo y casi lo rompo. Tal vez la próxima vez lo haré mejor.

¿Qué es lo que no sale en el video? El brindis, los abrazos, las risas. Las fotos de Ingrid Tacsan muestran algo de eso. Vayan a verlas. Esta noche fue la segunda vez en mi vida en la que sentí que no era suficiente con ser solo una yo. Era como la segunda fiesta de quince años, en la que hubiera querido bailar con más personas, comer más tacos, abrazar más. Fue una noche magnífica y de nuevo agradezco a Luis Protti de Buchón y a mi talentosísima amiga del alma, Olga Madrigal, por haberme ayudado a hacerla realidad.

Foto evento presentación

¿Cómo va el libro?

«Hola, ¿hay alguien ahí? ¿Hay alguien ahí detrás de tus ojos?«

¿Conocen esa canción? Es de María Pretiz y por razones casi mágicas, mi cerebro me la ha recordado precisamente al iniciar este post. Para quienes no la conocen, María Pretiz es una magnífica artista costarricense que ha conseguido no traicionarse jamás. María acompaña sus composiciones de piano con letras que sacuden las telarañas y ponen alcohol en las heridas. Sí, como se debe.

Durante varios años mi trabajo consistió en apoyar a equipos de personas emprendedoras para que llevaran adelante sus proyectos de una mejor manera o al menos, acompañando en medio del vértigo. Hoy, hago algo similar dentro del emprendimiento más exitoso que se ha fundado en Costa Rica y eso ocupa mucho de mi tiempo. Es muy emocionante, la verdad.

Pero tengo dos vidas y una de ellas es esta de aquí: la vida de escritora. Todos los días alguien pregunta: ¿cómo va el libro? y mi respuesta es más o menos: «no tengo idea». Porque publicar un libro en un mercado como el costarricense (quizás en cualquier mercado cuando una es desconocida) se parece mucho a emprender. Y los manuales dicen que para emprender con éxito, es necesario dedicar la mayor parte del tiempo a ello.

Sin embargo, soy tanto una cosa como la otra, soy la mezcla de ambas; como una moneda que mientras gira, es escudo y corona al mismo tiempo. Retomo este blog para ir contando cómo se baila esta pieza. Será, como todo en la vida: un experimento; un mínimo modelo viable, una apuesta. Espero que me acompañen.

¿Cómo llegamos aquí?

Por Carolina Flores Hine

Apenas un aire nació en México en un periodo en el que estuve viviendo en lo que hasta hace poco llamábamos Distrito Federal. Al regresar a Costa Rica hice varios intentos de continuar pero la historia había quedado sembrada a más de dos mil kilómetros. La experiencia en algo se parece a esa ficción de las sesiones espiritistas, porque los personajes se negaban a «hablar» en Costa Rica. En cierto modo, nos habíamos quedado en esa hermosa casa amarilla en la colonia Roma.

Así que el libro fue escrito a brincos, en espacios de tiempo en los que podía viajar a México por períodos más o menos largos que me permitieran sentirme de nuevo en casa, hacer vida «normal», si es que algo de lo que pasa en Ciudad de México puede catalogarse así.

Finalmente tuve los capítulos completos. Eso fue antes del terremoto del 19 de setiembre del 2017, un evento que me hizo dudar de publicar la novela. Hay una estrecha relación entre el otro 19 de setiembre, el de 1985, y las protagonistas de Apenas un aire, así que imaginar que de alguna manera la historia pudiera verse como una utilización de esa tragedia me hizo pensar en abandonarlo todo. Sin embargo, seguí adelante, gracias a la sabiduría de Luis Chaves y a su capacidad de ser facilitador de un proceso que algunas veces se pareció más al coaching literario que a lo que normalmente imaginamos como un taller.

Luego lo enviamos a Óscar Castillo de Uruk Editores, quien decidió acoger la novela como parte de la colección Sulayom. Para mí, es un orgullo que sea Uruk la editorial que publique este libro, no solo por estar en un catálogo al lado de escritores y escritoras tan talentosas; sino por ser apoyada por un emprendedor que se ha comprometido a abrir espacio a nuevas voces y a sostener el sueño de ver crecer una editorial independiente.

Siguieron varias revisiones y tuve la suerte de contar con la ayuda de Belén Carranza, quien con su ojo de comunicadora y su cultura mexicana me ayudó a pulir detalles que mejoraron el texto.

Finalmente hubo otro ser que sin siquiera conocerme, se subió en este tren: Takato Marui, fotógrafo japonés, quien sin dudarlo ni un segundo accedió a autorizarnos a usar su foto para la portada. m-louis tenía entre sus fotos de escenas cotidianas, la imagen que yo miraba en mi cabeza.

Y ha llegado el momento de que Alma, Nadine, Adrián y todos los demás personajes les cuenten sobre ese viaje sin rumbo, como la vida.